La alcaldesa, Carmen Moriyón, subrayó el carácter transformador del proyecto Naval Azul, que representa «la nueva etapa industrial de Gijón».
Explicó que la reconversión de los antiguos astilleros en un polo de innovación y desarrollo vinculado a la economía azul situará a la ciudad «como una referencia en desarrollo urbanístico, sostenibilidad e innovación industrial».

Añadió que «la historia industrial de Gijón se transforma en motor de esperanza, empleo y sostenibilidad» y avanzó que las obras en la zona de los antiguos astilleros progresan según lo previsto, con la apertura al público del paseo de Naval Azul prevista para diciembre.

Moriyón señaló además que el creciente interés empresarial por el proyecto confirma su potencial para generar empleo e inversión: «Naval Azul demuestra que Gijón no renuncia a su vocación industrial, sino que la reinterpreta desde la sostenibilidad y el conocimiento».

En esta mesa, los representantes de Telefónica, el Principado y el
Ayuntamiento coincidieron en la necesidad de una alianza sólida entre administraciones y empresas para impulsar la digitalización y la innovación sostenible.

Micaela Martelli destacó que invertir en innovación es una “responsabilidad” de las empresas y una “obligación” para la administración. Enfatizó el papel del 5G y los nodos Edge —uno de ellos en Asturias— para garantizar conectividad en las zonas costeras y marítimas.

Javier Fernández explicó el desarrollo del Gemelo Digital del Territorio, una herramienta basada en inteligencia artificial que permitirá tomar decisiones estratégicas con datos en tiempo real.

Por su parte, Patricia García Zapico anunció que Gijón ultima una nueva ordenanza para facilitar la colaboración público-privada y el desarrollo de proyectos tecnológicos en entornos de prueba reales.

Rafael González-Quirós alertó sobre los efectos del cambio climático y la subida del nivel del mar, que «condicionarán la economía azul en los próximos años». Explicó que el peso de este sector se ha duplicado en 25 años hasta alcanzar el 4% de la economía global, aunque podría decrecer si no se acelera la transición energética.

El investigador propuso aprovechar infraestructuras como los cables submarinos para instalar sensores de alerta temprana ante fenómenos como los tsunamis y reclamó reducir la burocracia que ralentiza la investigación marina: «Podemos abrir parques tecnológicos y digitalizar el océano, pero sin aliviar las trabas administrativas no iremos a ninguna parte».

Representantes del Principado, el Ayuntamiento y la patronal hostelera Otea coincidieron en que Naval Azul constituye una gran oportunidad para el futuro de Gijón y debe mantener un “anclaje en el pasado”, preservando la identidad industrial y social del antiguo astillero.

Jesús Martínez Salvador destacó la compra de los terrenos y la redacción del nuevo plan especial, recordando que «gran parte del futuro de la ciudad pasará por este territorio».

Lara Martínez defendió que Gijón ya posee una historia industrial que legitima su transformación hacia un destino turístico vinculado al mar, mientras que Ángel Lorenzo apostó por integrar la hostelería en los usos complementarios del proyecto, aprovechando el potencial del turismo de congresos y la economía del conocimiento.

El consejero Guillermo Peláez clausuró la jornada con una invitación a la cooperación institucional y empresarial: «La economía azul no se construye con discursos, sino con alianzas reales». Subrayó que «el mar es una palanca de futuro» y que Asturias debe ser un lugar donde «invertir sea sinónimo de confianza y atracción de talento».

Peláez elogió el papel de El Comercio y Vocento al promover el debate y las alianzas regionales: «Su compromiso con Asturias y con su desarrollo es una forma poderosa de ejercer el periodismo y también de hacer región».