Entre esas herramientas que la innovación pone a disposición del sector primario, las que ayudan a una mejor gestión del agua suponen un apoyo fundamental para favorecer la rentabilidad de las explotaciones. «La innovación en el agro y la gestión eficiente del ciclo del agua son aspectos incuestionables para el futuro de nuestro campo y de Extremadura», aseguró Morán.

Ambas cuestiones deben servir para reducir los costes de producción en las explotaciones agrarias. «El desarrollo tecnológico era vida o muerte para nuestra empresa», ejemplificó Atanasio Naranjo, CEO de Tany Nature, la imperiosa necesidad que para los productores supone actuar en un mercado global.

La constante tecnificación del campo debe contribuir a resolver retos como el cambio climático, la cada vez más reducida tierra disponible y su precio en aumento o la escasez de mano de obra. «El mayor de todos está en la automatización, porque hay sectores como la fruta de hueso en los que no es tan fácil como en otros, como puede ser el olivar», concluyó Naranjo.

Es la proteína más barata. Diez veces cuesta menos producirla que la vegetal y aún menos que la animal. Ese fue el cálculo que hizo Juan Villar. Su conclusión: «Vamos a comer insectos».

En su ponencia en la sesión del Foro Next Spain, este analista agroeconómico repasó los vectores de incidencia en la nueva agricultura. Los tres primeros, limitados:la tierra, el agua y la mano de obra. Únicamente la innovación es la que puede ser ilimitada y de la que depende que se puedan suplir las carencias de los anterior. «Cada vez hay menos tierra cultivable disponible; se prevé que 30 países sufran estrés hídrico en 2040, España entre ellos; y en 2050 se dedicará a la agricultura la mitad de la mano de obra que ahora», calculó Villar.

Es decir, la innovación se convierte en un vector fundamental que debe contribuir a hacer más eficientes las producciones en un contexto de crecimiento poblacional a nivel global y con un elevado porcentaje de la población –900 millones de personas, afirmó– que pasa hambre en el mundo. Esa eficiencia, en su opinión, llevará también hacia la producción de la proteína alimenticia más barata: los insectos.

Antes de ese horizonte, y en ese avance hacia la eficiencia, el sector agrario deberá mantener su camino hacia la tecnificación para sobrevivir. Puso Villar el ejemplo del incremento de la superficie de olivar: «Se está invirtiendo en olivar por tres razones: consume menos agua que el resto de cultivos leñosos, las variedades están resueltas para cultivar en seto y es un cultivo poco sofisticado».Todo ello supone que el 10% del olivar se puede recolectar con una máquina, frente al 6% de los leñosos del mundo. Más eficiencia.

Por último, insistió Villar en la rentabilidad del sector primario. Apoyó esa visión en el interés que genera la tierra, lo cual, por otro lado, complica la rentabilidad de las explotaciones agrarias al elevar su precio de venta.

Un 23% de pérdidas tiene la red de agua de la ciudad de Badajoz. «No solo por fugas, también por consumos que no están controlados», ejemplificó Carlos Urueña, concejal de Urbanismo de Badajoz. Pese a lo que parezca, no es una tasa demasiado elevada y el Ayuntamiento de la ciudad se plantea reducirla hasta el 15%. Un objetivo que pasa por la innovación.

Tener un mayor control de la red es fundamental para evitar esas pérdidas, señaló David Díez, director de Aqualia en Extremadura, el segundo de los participantes en el coloquio sobre la gestión sostenible de los recursos hídricos. Y la solución que aportó Borja Gómez, responsable de soluciones Smart Mobility y Smart Meetering en Telefónica Tech, fue la construcción de soluciones de extremo a extremo de la red.

En definitiva, lo que buscan las soluciones tecnológicas es aportar a los gestores de la red de agua la mayor cantidad de datos posibles. Un de los formatos que se están implementando es el contador inteligente. «En Badajoz estamos haciendo un despliegue para tener los 80.000 clientes con contadores inteligentes», detalló el director regional de Aqualia.

El reto, como expuso el responsable de Telefónica Tech, se encuentra en dotar a los contadores de conectividad, ya que es necesaria una disponibilidad alta de los datos.

Más allá de las posibilidades de gestión que permite la información pormenorizada de la red – «evitar las estimaciones en el consumo o una mayor capacidad de reacción ante consumos disparados o fugas», señaló Gómez– también puede servir a la hora de avanzar en servicios sociales. «Si una persona mayor lleva un día sin consumo puede significar que se ha caído o que le ha pasado algo», detalló Urueña.

Otro de los retos en los que se trabaja en la gestión del agua es en la reducción de la dependencia energética de la red. «Producimos energía en el embalse, tenemos paneles solares, el EDAR (la estación depuradora) produce biogás», citó Díez.

«La idea –ahondó Urueña– es estar cada vez más cerca del 100% de uso de energía sostenible, aunque es muy complicado que el ciclo integral del agua funcione exclusivamente con energía renovable».

Una serie actuaciones que son el día a día en Extremadura pero que se van a exportar a otros lugares. «Vamos a llevar los proyectos que tenemos prácticamente desarrollados aquí a la zona de Texas», explicó Díez.

Una transferencia de conocimiento que llevó a Luis Montoto, corresponsal económico de Vocento y moderador de la mesa a afirmar que: «Lo que en Extremadura son las tecnologías del presente en la gestión del agua son las tecnologías del futuro en mercados como Estados Unidos».

La aplicación de tecnologías digitales en la dehesa y en el riego; el control de calidad en la industria agroalimentaria, oel uso de inteligencia artificial para los productos alimentarios. Son tres ejemplos que Carmen González, directora general de Cicytex, puso sobre cómo la innovación tecnológica está transformando el sector primario. Lo hizo en el coloquio acerca del futuro de la agricultura que cerró la jornada del Foro Next Spain en Badajoz.

La investigación está en la base de ese futuro, según Jorge Martínez Guanter, responsable de marketing en el área digital de Corteva Agriscience, otro de los participantes en la mesa: «Estamos hablando de digitalización y de nuevas tecnologías pero son herramientas que deben tener una utilidad», profundizó.

En definitiva, aplicación práctica a la innovación es lo que reclaman los productores. «Buscamos soluciones en la digitalización», manifestó Atanasio Naranjo, CEO de Tany Nature y el integrante del coloquio más pegado a la tierra.

Para hallar esas soluciones que respondan a necesidades reales, la relación entre los agricultores y los centros investigadores es fundamental, detalló Martínez Guanter, que situó otro de las barreras en el lento retorno que conllevan algunas inversiones.

En cuanto al futuro del sector primario, González incidió en que éste pasa por la agricultura regenerativa, la biotecnología y la genética, pero también la salud del suelo: «Un suelo saludable y bien gestionado es capaz de capturar carbono atmosférico», señaló. 

Igualmente se mencionó la inteligencia artificial, que ayudará a «la toma de decisiones y podrá aconsejar al productor sobre plagas, riegos o fertilizantes», indicó Martínez Guanter.

Por su parte, Naranjo ve un futuro en su ámbito profesional –el de la fruta de hueso– con un mayor desarrollo a nivel genético, que permita obtener variedades y evaluarlas en menos tiempo.