Soluciones híbridas para cuidar a la población que vive lejos de la ciudad
Empresas como MAPFRE mantienen abiertas cientos de oficinas en las zonas rurales para garantizar una atención cercana a la población de mayor edad y dar apoyo a las pymes y autónomos de estas regiones


L a España rural reclama, desde hace varias décadas, un apoyo social unánime para mantener su densidad de población. A pesar de las dificultades, existen muchos ejemplos de empresas y pequeños negocios que han mantenido su actividad, incluso han puesto sus miradas en los pequeños pueblos para poner en marcha sus proyectos.
Sin embargo, son sobre todo las grandes empresas las que, dada su escala y margen de beneficios, pueden ayudar y fomentar la dinamización de los negocios en las zonas rurales apostando por quedarse en aquellas localidades que están perdiendo población.
Un ejemplo de ello es la compañía de seguros MAPFRE, que se ha comprometido a paliar la despoblación manteniendo su actividad en las regiones afectadas, creando empleo, atendiendo a las necesidades de sus habitantes y fomentando el apoyo a autónomos y pequeñas empresas.
En una apuesta por los modelos híbridos, MAPFRE combina la atención digital, un call center gratuito con asistencia 24 horas y un servicio presencial, indispensable en aquellos municipios con una población envejecida y con menor acceso a la tecnología. El objetivo es asegurarse de que aquellos clientes que prefieran hacer sus gestiones y consultas de forma presencial tengan siempre una oficina cercana a la que acudir. Y los datos de la aseguradora demuestran que están cumpliendo con su compromiso.

De hecho, casi la mitad de las 3.000 delegaciones de MAPFRE, un 46% en total, están ubicadas en municipios de menos de 20.000 habitantes. Con su red de oficinas en todos estos lugares, la empresa cubre en total a 10 millones de personas que viven en esos territorios. Además, 500 de estas oficinas están situadas en localidades de menos de 5.000 habitantes.
Un ejemplo de esto se puede observar en Castilla y León, una de las comunidades más afectadas por la despoblación. La red de oficinas de MAPFRE en la está compuesta por más de 200 sucursales, en las que ofrece un servicio cercano y personalizado a sus 443.200 clientes castellanoleoneses.
Un ejemplo de esto se puede observar en Castilla y León, una de las comunidades más afectadas por la despoblación
Aprovechando la capilaridad y el alcance de su red de oficinas, MAPFRE no se limita a informar sobre sus productos y servicios como aseguradora. De un tiempo a esta parte, la empresa permite que sus clientes accedan en sus sucursales a servicios energéticos y bancarios. La compañía, en ese sentido, combina la atención y el acceso presencial (sobre todo en los pequeños pueblos, donde el agente de seguros es casi de la familia para muchas personas) y las aplicaciones más avanzadas que consiguen agilizar algunas gestiones que, en muchos momentos, es lo que necesita el cliente.
Se trata, al fin y al cabo, de acercar a la población más alejada de los grandes centros urbanos a aquellos servicios indispensables para garantizar su calidad de vida. Ahora, distintas iniciativas públicas y privadas, unidas al compromiso de la sociedad civil, están comenzando a aportar soluciones concretas que pueden ayudar a revertir y paliar la situación de despoblación. Y de una de ellas, tal vez la más obvia de todas, ha tomado buena nota MAPFRE: estando con todos los clientes, ya sea a través de medios digitales o prefieran una atención presencial, tengan la edad que tengan y, por supuesto, vivan donde vivan.
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